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El monopolista

Writer: Luis Palacios ArausLuis Palacios Araus

Desde hace un año, Jesús es el jefe de servicio de hematología de un hospital. Todas las semanas dirige una reunión de equipo en la que participa el personal sanitario del servicio.

reunión médicos, equipo de trabajo

Pepe es un enfermero veterano que habla con mucha frecuencia en las reuniones. Sus intervenciones suelen ser largas, incluso repetitivas, y dudosamente relacionadas con el tema propuesto. Esta situación genera desmotivación e incluso enfado ante la convocatoria de las reuniones. 


A lo largo de este año, Jesús ha intentado contener a Pepe con intervenciones "cuidadosas" hablando en términos generales de la importancia de ser concisos y no irse por las ramas. Pero Pepe no se ha dado por aludido y mantiene su actitud monopolista.


Recientemente, Jesús "perdió los nervios" y en un tono de voz elevado le dijo a Pepe que se callara y que permitiese las intervenciones de otros profesionales. Tras esta intervención, se hizo un largo e incómodo silencio en la sala. El jefe de servicio intentó mantener el desarrollo de la reunión, aunque se podía palpar la tensión en el ambiente. A la salida de la reunión, en la cafetería se cuestionó a Jesús por su actitud "impositiva" con ninguna tolerancia, incluso solidaridad hacia Pepe. 


El jefe de servicio no sabe muy bien cómo actuar. Si pone límites y contiene a Pepe, el equipo le critica por su actitud impositiva y si no lo hace, el equipo le critica por su falta de autoridad que impide un desarrollo eficaz de las reuniones. 


Se puede intentar buscar en la biografía de Pepe el origen de su actitud. Quizás, por ejemplo, recibió mucha atención en su niñez y continúa buscando ese protagonismo. Pero más allá de este tipo de explicaciones, su actitud monopolista, le termina enfrentando al jefe de servicio y le coloca en un rol de chivo expiatorio.


Al tratarse de un equipo de trabajo, donde la tarea es la protagonista, posiblemente, lo más adecuado sería que Jesús hablase con Pepe e intentase que fuera consciente de su actitud y las consecuencias que tiene sobre la dinámica relacional. 


También es cierto que si Pepe no cambia de actitud, la tendencia es que se cumpla el destino del chivo expiatorio, en este caso su rechazo o expulsión. Aunque este desenlace sea una solución provisional que dejará un sentimiento de injusticia en el equipo.


 
 
 

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