En la película Matrix, Morfeo ofrece al protagonista Neo la posibilidad de elegir entre dos pastillas, la roja y la azul. La pastilla roja le permitirá ser consciente de la dolorosa realidad de Matriz. En cambio, la pastilla azul le mantendrá en un mundo de plácida fantasía.
Con frecuencia, la vida cotidiana nos sitúa en este tipo de dilemas. Una relación de pareja, un grupo social o un equipo de trabajo puede hacernos daño y generarnos tristeza y enfado. Sin embargo, estamos acomodados a esa sit
uación y cambiarla implicaría hacer un considerable esfuerzo y asumir riesgos.
Puede ser sorprendente la cantidad de energía que se puede llegar a destinar para maquillar la realidad, ante los demás y ante uno mismo, para mantener la inercia y evitar plantear un cambio de rumbo.
A diferencia de lo que sucede en Matrix, quizás desafortunadamente, cuando en nuestro mundo se elige la pastilla azul, la sustitución de la realidad por la fantasía es parcial. Una parte de nosotros mantiene la consciencia, sabe lo que pasa, y expresa su malestar a través de manifestaciones tan variadas como la ansiedad, el insomnio, las adicciones o la hiperactividad.
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